Violencia de género

Además de gusto por las palabras hay otro sentimiento que me estremece de vez en cuando y es la envidia. Envidio y admiro a aquellos que son capaces de plasmar en un papel las palabras precisas, entendidas como el lenguaje conciso y rigurosamente exacto que define la RAE. Sin embargo, hay expresiones que me aturden y una de ellas es el término “violencia de género”. El pasado 25 de noviembre, día contra la violencia sexista, los medios de comunicación informaron ampliamente sobre esta masacre y me gustó comprobar como se están extendiendo los términos violencia machista, violencia contra las mujeres o violencia sexista para sustituir al maltraído anglicismo y poco conciso violencia de género. En castellano, son las palabras las que tienen género (masculino, femenino o neutro) mientras que las personas tenemos sexo (masculino o femenino). No así en inglés donde gender es sexo. Pero, asumido el anglicismo y con la convicción de que el uso que hacemos de las palabras nos reflejan, he tenido la impresión de que algo está cambiando, que el institucional “género” da paso al llamar a las cosas por su nombre “machista”, “contra las mujeres” o “sexista”. También me ha gustado constatar que tiende a desaparecer el falso “violencia doméstica”: el maltrato, el terror y la muerte no son inherentes a la casa, ni siquiera relativas o pertenecientes a ella.

1 comentario:

  1. ¡Que bien y con cuantos detalles nos vas explicando todo esto que últimamente se esta usando en serie!
    Prometo seguirte con cierta asiduidad.
    ¡Animo y mucha suerte en tu viaje como bloguera!

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