Reinaldo Arenas

Escribir es una fatalidad, no una razón; una fuerza natural, no una interpretación. Felicidad y maldición. No se elige ser escritor, se sigue una intuición, se la obedece, una especie de llamada, una ilusión, un entusiasmo, un deseo, algo misterioso que deseamos dominar a cualquier precio y a lo que –precisamente porque es imposible– dedicamos nuestra vida.

Raja Rao

Escribo. No podría dejar de hacerlo. Sin embargo, aquel que ha escrito, no sabe quien escribe en él. Porque, ¿somos nosotros los que escribimos? Y si no somos nosotros, ¿quién es? O: ¿qué es? ¿Por qué escribir?

Carlos Fuentes

“Moctezuma impuso a Cortés la máscara del dios que prometió regresar, Quetzalcoatl. Pero, al hacerlo, el emperador azteca perdió la máscara que él mismo usurpó, y ésta era la máscara definida por su título imperial: el tlatoani, el señor de la gran voz, el señor de la palabra... Sólo una voz podría escucharse en el mundo azteca, entre los labios de la máscara. ¡Devuélvannos nuestro rostro!, clama el pueblo. ¡Devuélvannos nuestra voz!”.

Ricardo Piglia

La literatura es el laboratorio de lo posible: un lugar en el que se puede experimentar, hacer lo viejo con lo nuevo. Escribo porque la literatura es la forma privada de la utopía.