“Últimamente, en España, y supongo que también en otros sitios, el aire está tan lleno de palabras que es imposible oír otra cosa que el ruido que éstas producen. Parece como si todos se hubiesen puesto de acuerdo en ahogar con sus palabras las voces de los demás. Desde mi privilegiado estatus de escritor (privilegiado por marginal, que no por otro motivo) he tratado en estos años de sobrevivir al ruido intentando al mismo tiempo hacerme oír. En un país en el que nadie lee y en un tiempo, como éste, en el que nadie escucha, seguramente el silencio es la única postura inteligente y todo lo demás varias palabras condenadas, como todas, a convertirse en ruido".
Nadie escucha (fragmento)
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