Soledad Puértolas

Tal vez escriba para intentar conocer algo de lo que no sé, para inventarme un personaje que sea lo que no soy. Todos los personajes con los que me acabo encontrando buscan algo, esperan algo, resisten, aguantan y, de vez en cuando, se vienen abajo. Lo que aprecio y valoro en ellos es la inquietud que les mueve. El no saber a dónde vas no quiere decir que te dé exactamente igual el lugar al que llegues. Su incertidumbre es una postura moral ante un mundo caótico, confuso y desjerarquizado.

José Donoso

Si escribo me da la sensación de que me estoy matando día a día, y si no escribo la sensación de muerte es absoluta. Llevo unos cuadernos que son mis diarios, más que nada mis diarios literarios. De alguna manera la literatura ha tomado mi lugar, toda mi vida. En el hecho de escribir está todo incorporado: el amor, el cariño… todo está ahí. Yo casi no sé pensar si no escribo simultáneamente lo que pienso. De modo que escribo para poder pensar.

Copago

Cuando las cosas se ponen feas el cuerpo tiembla, protesta de las formas más diversas: dolores de cabeza, contracturas musculares en el cuello, insomnio, irritabilidad… asoman como fluorescentes de color rojo para avisarnos de que la catástrofe está a la vuelta de la esquina. Acudimos al médico y salimos de la consulta con una colección de recetas que nos ayudaran a sobrellevar nuestro dolor. No contentos con esta opción acudimos al lenguaje y, en un intento engañoso de minimizar nuestro malestar, lo cambiamos. Así surgen los eufemismos. La RAE define esta palabra como “manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”. Y, sin decoro ni vergüenza, nuestros políticos nos cuelan el término copago para cobrarnos, de nuevo, la asistencia sanitaria, un servicio que ya sale de nuestro agujereado bolsillo. El sangrante eufemismo y su consiguiente tarifa ya ha sido aprobado por el gobierno catalán y se introducirá en nuestras vidas como el dolor de cabeza y la irritabilidad y, si no lo impedimos, volveremos a la consulta del galeno a costear por segunda vez la pastilla que nos calme el sufrimiento del copago.